Después de varios estudios médicos efectuados en la Argentina y en el mundo, la combinación de vacunas, especialmente en los casos de refuerzo o tercera dosis es común en quienes buscan prolongar la protección contra el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que genera: COVID-19.
De hecho, esta combinación de vacunas ya lleva varios meses de práctica. Desde el 2 de noviembre, el Ministerio de Salud en Argentina recomendó la aplicación de una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus a los mayores de 50 años que hayan recibido la Sinopharm y a las personas mayores de 3 años inmunocomprometidas que hayan iniciado el esquema de vacunación con cualquier componente.
La decisión se tomó en base a recomendaciones de la OMS y de organismos internacionales: “La evidencia muestra que se puede avanzar en las personas inmunocomprometidas, que tengan las defensas bajas por cualquier motivo, mayores de 3 años que hayan recibido cualquier esquema de vacunación. Vamos a trabajar en la planificación y distribución con cada una de las provincias”, explicó la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti. Estos dos grupos lo forman aproximadamente 1,6 millones de personas.
La funcionaria aclaró que no es lo mismo una tercera dosis que un refuerzo: “La tercera dosis complementa el esquema primario para ampliar la protección y el refuerzo, después de haber recibido el esquema primario recomendado, lo que hace es reforzar la inmunidad en forma periódica y eso es al menos 6 meses después de haber recibido el esquema primario”. Frente a esta nueva práctica, los expertos infectólogos aclaran que la aplicación de una tercera dosis, distinta al esquema original no implica que se generen más efectos adversos extraordinarios que los que se experimentaron al aplicar las dos dosis anteriores.
“Estas terceras dosis no tienen por qué dar más efectos secundarios que las dos dosis anteriores: “No tiene por qué. Nuestro organismo va a responder siempre como responde a una vacuna (....) por ejemplo con fiebre, dolores musculares, escalofríos, sensación de cansancio. No se han descrito efectos adversos llamativos por ir aplicando dosis sucesivas”, explicó el doctor José Antonio López Trigo, ex presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Subrayó, además, que la relación con fenómenos de trombosis “por fortuna” se ha dejado de describir. “No sabemos si no hay ese nivel de observación o que realmente en algunos casos hubo esa fatal coincidencia. No iría con miedo a ponerme la tercera dosis. Llevamos a los niños a ponerse tres dosis del sarampión, de la rubeola, y de las paperas en poco tiempo y tienen siempre esa misma reacción, o como con la vacuna de la gripe que nos la ponemos todos los años”, sostuvo el experto. Sobre las dosis de refuerzo ve con buenos ojos un posicionamiento lanzado por algunos inmunólogos, que ven acertado no utilizar esta tercera dosis en personas que hayan tenido la infección, y sí enviarlas a donde no hay vacunas.
“Esto sería interesante porque para que esto deje de ser una pandemia y la convirtamos en otra cosa hay que vacunar a personas de todo el mundo. Si solo nos vacunamos en el primer mundo, el virus seguirá circulando y mutando porque los virus lo hacen así”, sentenció este experto.
En diálogo con Infobae, el virólogo Mario Lozano, doctor en Ciencias Bioquímicas y experto en Biología Molecular, afirmó: “La combinación de vacunas, es algo que en vacunología se usa cotidianamente y se sabe que funciona muy bien, siempre que se trate de vacunas individuales que tengan una eficacia comprobada como son las que estamos usando en Argentina, y que tengan además seguridad comprobada”.
Y agregó: “En Europa por ejemplo ocurrió un caso similar hace poco tiempo cuando tuvieron dificultades para conseguir la vacuna de AstraZeneca. Tenían mucha gente vacunada con la primera dosis y comprobaron que podían usar otras vacunas en un esquema combinado para terminar el protocolo de vacunación. Esas vacunas que utilizaron fueron las de Moderna y la de Pfizer, y con eso aplicaron millones de dosis a millones de personas rápidamente. La canciller alemana Ángela Merkel se vacunó ella misma con un esquema combinado de Astrazeneca y Moderna para mostrarle a la población que se trataba de un método seguro y conveniente”.
Además de la disminución de la efectividad de las vacunas, la tercera dosis sirve para elevar la respuesta inmunológica en las personas con inmunodeficiencia o con cambios inmunológicos naturalmente asociados con el envejecimiento (inmunosenescencia). También sirve para disminuir el impacto de la mortalidad por COVID-19 en los mayores de 50 y ante avance de las variantes Delta y Ómicron en la transmisión comunitaria.
Siguiendo las recomendaciones internacionales y algunos estudios clínicos realizados en el país, la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) asesoró al Ministerio de Salud de la Nación en la decisión de sumar una dosis más a los esquemas homólogos o combinados en esos dos grupos, siguiendo algunos parámetros estipulados.
Fuente: info