viernes, mayo 3, 2024

Por un estudio, la NASA envió calamares bebé a la Estación Espacial Internacional

En la Estación Espacial Internacional (EEI), el laboratorio que se encuentra a unos 400 kilómetros de la superficie terrestre, hay 128 pasajeros poco conocidos por la gran audiencia. Se trata de calamares pequeñísimos que fueron enviados a ese paraje orbital a principios de mes en una misión de reabastecimiento realizada en forma conjunta por la NASA y SpaceX.

En concreto, se trata del calamar bobtail hawaiano, un cefalópodo con ocho brazos con ventosas, dos tentáculos y por lo general de tamaño pequeño y redondo. Viven en aguas poco profundas y por su fisonomía son conocidos como “calamar rechoncho”.

Tal como explica el sitio Popular Science, estos animales cuentan con un órgano lumínico que ofrece alimento y refugio a microbios. Además, ese resplandor que emiten les permite camuflarse contra la luz de la luna, volviéndose invisibles para sus vecinos depredadores.

¿Por qué viajaron al espacio?

La aventura de esos bichitos marinos es parte de un estudio UMAMI, una investigación que procura determinar cómo afecta la microgravedad presente en la EEI en los animales y microbios. En específico, buscan comprender cómo impacta esa condición en los microbiomas, la flora corporal presente en todos los animales.

Los investigadores procuraron examinar si la luminosidad del calamar bobtail se mantiene en aquel paraje alejado de la Tierra y de los océanos de nuestro planeta. El grupo de bebés para el experimento emergió al mundo en Florida, Estados Unidos, y fue lanzado al espacio en pequeñas bolsas con agua sólo 29 después del nacimiento.

En las imágenes que divulgaron los científicos vemos que las bolsas están conectadas a bombas que inoculan al calamar con las bacterias luminiscentes. De acuerdo a la fuente, los bobtails fueron monitoreados durante 12 horas de vuelo y luego congelados para ser enviados de regreso a la Tierra. Con esas muestras, los expertos analizarán los cambios en el sistema de salud de estos animales.

“Los animales, incluidos los humanos, dependen de los microbios para mantener un sistema digestivo e inmunológico saludable”, dijo a CNN Jamie Foster, investigadora principal de UMAMI. La especialista dijo que todavía “no entendemos completamente cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones beneficiosas”.

Adquirir esos conocimientos es importante para entender y predecir cómo los humanos pueden mantenerse sanos sin la gravedad de la Tierra, esto mientras se intensifican las exploraciones espaciales, los vuelos turísticos que van más allá de nuestro planeta y, en un futuro, eventuales colonias humanas en la Luna y en Marte.

“A medida que los astronautas pasan cada vez más tiempo en el espacio, su sistema inmunológico se convierte en lo que se llama ‘desregulación’. No funciona tan bien. Su sistema inmunológico no reconoce las bacterias con tanta facilidad. A veces se enferman”, explicó Foster al respecto. “Si los humanos quieren pasar tiempo en la Luna o en Marte, tenemos que resolver problemas de salud para llevarlos allí de manera segura”, concluyó.

Fuente: TN

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