Con paraguas y pilotos, hermanados en la devoción de la Santa patrona de lo imposible, fieles recorrieron este domingo las calles del centro capitalino hacia Corrientes. La caravana se dirigió luego por la avenida Francisco de Haro, Blas Parera, y en San Martín recorrieron un largo trayecto hasta llegar a Chacabuco.
Bajo el lema “Con Santa Rita, en camino sinodales, edifiquemos la paz”, las fiestas patronales se realizan en la parroquia ubicada sobre Chacabuco y Monseñor de Andrea de Posadas.
¿Quién fue Santa Rita de Casia?
Este 22 de mayo la Iglesia Católica recuerda a Santa Rita de Casia, ‘patrona de lo imposible’. En los países iberoamericanos existe la tradición de festejar a Santa Rita, quien fue una mujer religiosa italiana cuyos símbolos más representativos son las rosas y los higos.
En el estado mexicano de Chihuahua, cada mes de mayo llega la ‘Feria de Santa Rita’. También en el municipio argentino de Corrientes cientos de fieles acuden a las parroquias para venerar a esta religiosa nacida en Italia en el año 1381.
Santa Rita de Casia, cuyo nombre real era Margherita Lotti, quería ser monja, pero por obedecer a sus padres, tuvo que casarse. Al lado de su esposo sufrió mucho, pero ella se escudó mediante la oración a Dios. Tiempo más tarde, su marido decidió seguir sus pasos y convertirse al catolicismo. Sin embargo, años más tarde fue asesinado.
Según se recoge en los libros de historia católicos, Santa Rita descubrió que sus dos hijos estaban pensando en vengar el asesinato de su padre, por lo que, temiendo que fueran a cometer algún crimen, ella le suplicó a Dios que “se los llevara de esta vida” antes de que realizar una locura. Poco tiempo después de este pedido, ambos murieron.
Sin su esposo e hijos, Santa Rita se refugió en la oración, penitencia y obras de caridad. Tras ser admitida en el Convento Agustiniano en Casia, la vida de Santa Rita fue marcada por su caridad y severas penitencias.
Según se cuenta, gracias a las oraciones de la religiosa numerosas personas tuvieron curas notables. Su oración siempre era la misma: “Oh amado Jesús, aumenta mi paciencia en la medida que aumentan mis sufrimientos”.
Santa Rita falleció el 22 de mayo de 1457 a la edad de 76 años y la gente, conocedora de sus ‘milagros’ se agolpó en el convento a dar el último adiós a la religiosa.
(Foto: El Territorio)