sábado, abril 27, 2024

Prevén caída del consumo, aunque medidas del Gobierno nacional moderarían impacto

La semana pasada el INDEC dio a conocer la variación del PBI en el segundo trimestre, en el que se observó una caída del 4,9% en términos interanuales. Afectado por la sequía, la retracción del agro explicó en buena medida esta contracción. Sin embargo, consultoras privadas destacan que en el segundo semestre una ralentización en los niveles de actividad de otros sectores, contribuirán al enfriamiento de la economía.

Uno de esos factores será la demanda interna: el consumo privado cayó 1,3% en el segundo trimestre en la medición desestacionalizada y, estiman, esta tendencia se sostendría en la segunda parte del año. Aunque de todas formas aclararon que las medidas adoptadas por el Gobierno pueden ayudar a mitigar el impacto, el efecto de la elevada inflación sobre el poder adquisitivo se sentirá sobre todo en el cuarto trimestre.

Al respecto, de acuerdo a un estudio elaborado por Fundación Capital, se destacó que los “indicadores adelantados continúan presentando resultados mixtos en el marco de un poder adquisitivo que ya acumula más de doce meses consecutivos en baja (8,5 % interanual estimado en septiembre), pero con algunos sectores de la población que continúan canalizando en ciertos bienes y servicios la falta de alternativas de ahorro/inversión”.

En ese sentido, remarcaron que el consumo masivo creció en agosto un 5,2% interanual, con un fuerte salto en las ventas la semana posterior a las PASO, “lo que puede asociarse a un comportamiento defensivo de los consumidores ante las remarcaciones de precios”. “Adicionalmente, el consumo de bienes durables comenzó a mostrar registros negativos. La venta de electrodomésticos tuvo una baja del 18,7% i.a. en junio vs una suba del 4,2% i.a. en el promedio enero-mayo. Asimismo, la venta de autos al mercado interno tuvo ya dos registros consecutivos negativos en julio (-2,4% i.a.) y agosto (-11% i.a.), según ADEFA”, explicó el informe.

En tanto, al analizar la evolución que puede presentar de cara a los últimos meses del año, señalaron: “En cuanto al comercio, se anticipa una merma en línea con la caída del consumo privado esperada para los próximos meses (-3% i.a. en el cuarto trimestre). En efecto, el poder adquisitivo de los trabajadores continuaría resintiéndose (-11,2% i.a. promedio en el último tercio, formales e informales) y si bien las medidas paliativas otorgadas por las autoridades en el contexto electoral (reintegro de IVA, los bonos de $30.000 y facilidades de financiamiento) podrían moderar el impacto en el consumo, no lo compensarán en un contexto de seis años consecutivos de pérdida en la capacidad de compra (-20,8%)”.

Otro dato sectorial que dio cuenta de la contracción en los niveles de consumo en agosto fue el Indicador que elabora la CAC, que registró una caída de 1,8% frente a julio en la medición desestacionalizada y un retroceso de 0,9% interanual. Si bien en el acumulado de los primeros ocho meses se vio un crecimiento de 2,1% interanual, desde la entidad resaltaron que “la pérdida de dinamismo vista en los últimos meses continuaría acentuándose”.

En ese sentido, desde la CAC también destacaron como un paliativo las medidas anunciadas por el Gobierno: “Como respuesta a la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación resultante de la devaluación, el gobierno nacional impulsó medidas de bonos y congelamientos de precios con el objetivo de recomponer el salario real a través de estas políticas y, en consecuencia, el nivel de consumo. Si bien el congelamiento de precios es transversal a gran parte de la sociedad, los bonos, refuerzos económicos y devoluciones de IVA están centrados en aquellas personas de menor poder adquisitivo y, por tanto, tendrán un impacto mayor en el consumo. La capacidad de estas medidas en traducirse en efectivas mejoras en el poder de compra de las familias influirá en el comportamiento de los sucesivos meses”.

En tanto, un informe del IERAL de la Fundación Mediterránea señaló que “el deterioro de la macro, mezclado con la incertidumbre electoral y la falta de anclas para las expectativas hacen que la economía esté ingresando en un riesgoso círculo vicioso de devaluación e inflación, con efecto directo sobre el poder adquisitivo de los trabajadores”. Por consiguiente, estimó que “las ventas de bienes de consumo masivo estarían cayendo entre el 2,0 % y el 3,0 % interanual, tanto en agosto como en lo que va de setiembre”.

Este enfriamiento en el consumo previsto por las consultoras privadas, afectaría negativamente en la evolución del nivel de actividad. Al respecto, desde la consultora LCG proyectaron: “En lo que corre del segundo semestre del año, la inestabilidad asociada a la aceleración de la inflación, la devaluación del tipo de cambio y la persistentemente alta brecha cambiaria, ha ido in crescendo y frenará decisiones de consumo e inversión”.

“En contraposición, el Gobierno parece haber dejado de lado su restricción presupuestaria volcando, desde las PASO, casi 1,2 pp del PBI en medidas que implican más ingresos para un número relevante de trabajadores, jubilados y beneficiarios sociales. Esto podría dar algún estímulo al consumo, pero estará concentrado en los meses atados a las elecciones. Y diciembre, cambio de Gobierno mediante, todavía es una incógnita, pero cualquier corrección de precios relativos, como la que anticipa el mercado, tendrá inicialmente un impacto negativo sobre la actividad”, concluyeron desde la firma.

FUENTE: ÁMBITO.

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