Todo empezó con un post de Cardi B que dijo que no le gustaba el ketchup frío en sus huevos del desayuno, así que lo guardaba en la alacena a pesar de las recomendaciones. A partir de ese comentario, la gente comenzó a opinar sobre qué alimentos deben conservarse en la heladera y cuáles no. Cuando llegó el turno del chocolate, las reacciones fueron tan desopilantes que hasta la policía oficial de Autralia se refirió al tema en su perfil de facebook. “Las personas que llegan a guardar el chocolate en la heladera son las mismas que conducen lento en el carril rápido. Vamos a buscarlos”, sería la interpretación del irónico posteo.
La inquietud puso el dedo en la llaga ya que ni los expertos lo tienen muy claro. Algunos creen que el frío es la única opción para que no se derritan (especialmente los kiosqueros en verano) y los ortodoxos, aseguran que el chocolate frío puede perder sabor.
Si se lo expone a un temperatura baja, el chocolate pierde su aroma, pero si soporta una temperatura alta, puede variar su textura y aspecto. Lo más importante, en realidad, es que el chocolate no sufra cambios muy bruscos. Si tenés una conservadora de vino (una cava), ese es el lugar ideal.
Cuando el calor del verano no deja opción, lo recomendable es tenerlo en la heladera, más precisamente en los cajones de frutas y verduras. Al sacarlo, esperá a que vuelva a la temperatura ambiente antes de comerlo. Si ves una especie de manchas blancas, no hay de qué preocuparse. Se trata del azúcar del chocolate, que se condensa en la superficie cuando pierde frío de forma repentina.