Según el sacerdote del templo religioso el plazo de obra es de seis meses. “Con este trabajo queremos poner en valor este espacio que es tan emblemático para Santa Ana”, expresó Alejandro Ferreyra.
“Es importante lo que se está haciendo. Buscamos rescatar uno de los templos más antiguos que tenía la región jesuítica. Sabemos que esta localidad tiene más de 300 años como lugar de evangelización”, explicó.