El pequeño misionero Santino Rzesniowiecki continúa su lucha contra la leucemia en el Hospital KK Women’s and Children’s de Singapur, donde este miércoles recibió su segundo trasplante de médula ósea, en una instancia clave dentro del tratamiento que sigue en ese país.
La intervención consistió en la infusión de células madre obtenidas de un cordón umbilical donado en Canadá, un procedimiento innovador que le brinda nuevas esperanzas a su familia y a quienes acompañan su historia. La donante fue una mujer que autorizó la cesión de ese material biológico al banco internacional. Ahora, Santino permanece internado bajo estricta vigilancia médica, mientras se espera que las nuevas células se instalen en su médula ósea y comiencen a regenerar glóbulos sanos.
El trasplante se realizó pocos días después del primer injerto, efectuado el 30 de mayo con células donadas por su padre. Ambas instancias forman parte de un protocolo médico avanzado que permite continuar el tratamiento sin que la enfermedad haya entrado en remisión total. De hecho, el último aspirado medular reveló solo un 2% de células malignas, cifra que habilitó avanzar con esta etapa.
Santino se recupera de una infección en Singapur y la familia reitera pedido de colaboración
Previo a la operación, su madre, Natalia, compartió un emotivo mensaje en redes sociales: “Que estas nuevas células vengan a regalarte años de vida, que te devuelvan la infancia y la alegría. Que invadan tu cuerpo y florezcan fuerzas. Que Dios te bendiga con la sanidad y te conceda el final feliz que tanto mereces.”
Santino llegó a Singapur luego de haber sido tratado en el Hospital de Pediatría de Posadas y en el Hospital Gutiérrez de Buenos Aires, donde se sometió a dos trasplantes previos que no lograron frenar la enfermedad. Tras descartarse una opción de tratamiento en España, su familia fue finalmente admitida en el centro médico asiático, considerado uno de los más avanzados del mundo en tratamientos oncohematológicos pediátricos.
Con este nuevo trasplante, Santino entra en una fase crítica pero esperanzadora de su recuperación, con la ilusión intacta de poder regresar a casa tras años de lucha.
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