La nutricionista y directora de la Rama Activa del Instituto de Previsión Social (IPS) de Misiones, Florencia Córdoba, se refirió a la nueva medicina inyectable que ya se encuentra en el mercado argentino y que generó gran expectativa por su efecto adelgazante. En diálogo con Códigos, explicó que el medicamento nació originalmente para tratar la diabetes y que su capacidad de ayudar a bajar de peso fue un hallazgo posterior.
Según detalló, el principio activo -la semaglutida- “fue diseñado para personas con diabetes, pero se observó que quienes lo usaban también perdían peso. A partir de eso, los laboratorios comenzaron a desarrollar versiones específicas para bajar de peso, con o sin diagnóstico de diabetes”.
Córdoba aclaró que la indicación médica es imprescindible y que este tipo de tratamiento “no está pensado para cualquiera”. “Está destinado a personas con obesidad, que se define con un índice de masa corporal superior a 35, aunque no siempre ese número refleja la realidad. También se evalúa la circunferencia de cintura y la historia alimentaria del paciente”, explicó.
La profesional enfatizó que el medicamento solo tiene efecto cuando la obesidad se relaciona con malos hábitos alimentarios. “Si el aumento de peso se debe a causas genéticas o al uso de medicamentos como los corticoides, no se observan resultados. Su función es suprimir el apetito, por eso el abordaje tiene que ser integral”, señaló.
Además, recordó que no está indicada para embarazadas, mujeres en período de lactancia, niños ni personas de edad avanzada, y que cada caso debe ser evaluado de manera personalizada. “Es fundamental la supervisión médica, porque son tratamientos nuevos y todavía no sabemos cuáles pueden ser los efectos a largo plazo”, advirtió.

Sobre los costos, Córdoba informó que los precios actuales oscilan entre los 250 mil y los 700 mil pesos, dependiendo de la dosis. “Hoy las obras sociales y prepagas no están obligadas a cubrirlo, así que depende de cada institución”, precisó.
La nutricionista insistió en que la inyección no reemplaza los hábitos saludables. “No sirve de nada alguien que come solo alfajores y después se aplica la medicación. Por dentro, el azúcar, el colesterol y la presión seguirán altos. No estamos hablando de salud si no hay un cambio integral”, sostuvo.
En ese sentido, Córdoba destacó que antes de iniciar el tratamiento se recomienda un acompañamiento interdisciplinario durante al menos tres meses, con nutricionista, médico y psicólogo. “Hay cuestiones emocionales como los atracones, la ansiedad o la depresión que deben abordarse antes de recurrir a la farmacología”, explicó.
Alimentación de los misioneros y conservación de alimentos en verano
Consultada sobre los hábitos alimentarios en Misiones, la profesional consideró que la población ha mejorado mucho en los últimos años. “El misionero incorporó hábitos saludables: hoy todos andan con su botellita de agua, caminan en la costanera y se preocupan por su salud mental. Además, las ferias locales ayudan a que las frutas y verduras sean accesibles”, valoró.
De cara al verano, Córdoba recomendó evitar dejar alimentos a temperatura ambiente más de dos horas, especialmente carnes y aderezos con huevo o crema. “El calor favorece el desarrollo de bacterias que causan diarrea o vómitos. También hay que tomar mucha agua, especialmente en niños y adultos mayores”, añadió.
Finalmente, al hacer un balance de su gestión en el IPS, destacó los operativos de prevención y los nuevos policonsultorios abiertos en distintos municipios. “Mantuvimos coberturas pese al contexto económico, y para 2026 queremos fortalecer programas de obesidad supervisada y salud integral”, concluyó.








