Las lluvias e inundaciones recientes en el estado brasileño de Río Grande do Sul dejaron un saldo trágico, con 31 personas fallecidas y 74 desaparecidas, según informes de la Defensa Civil estatal. Ante esta situación, el gobierno local ha declarado el estado de calamidad en áreas afectadas, donde más de 71,306 personas han sufrido las consecuencias en 154 municipios. Más de 10,000 personas fueron desplazadas y más de 4,500 se refugian temporalmente.
Aunque las autoridades mantienen un estrecho monitoreo de las represas, aseguran que no hay un riesgo inminente de falla. El gobernador de Río Grande do Sul, Eduardo Leite, se reunió con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para discutir la situación y definir acciones para abordarla. Leite describió los eventos como “un desastre histórico”, enfocando los esfuerzos en las operaciones de rescate.
Las imágenes muestran la gravedad de la situación, con aguas marrones alcanzando los tejados en algunas áreas y equipos de rescate empleando balsas inflables para salvar vidas. El gobierno estatal insta a la ciudadanía a mantenerse alerta ante las alertas meteorológicas.
Río Grande do Sul ha experimentado un aumento en fenómenos meteorológicos extremos en los últimos años, reflejando la creciente crisis climática global. La quema de combustibles fósiles por parte de los seres humanos se señala como la principal causa de este clima extremo, que se manifiesta en eventos más intensos y frecuentes en todo el mundo.
Las consecuencias de la crisis climática son evidentes en otras partes del mundo, como las inundaciones mortales en Dubai, la sequía en el sudeste asiático y las fuertes lluvias en Kenia. El año pasado fue el más caluroso registrado, y las temperaturas continúan aumentando más allá de las predicciones científicas.
La ONU advierte que los huracanes de alta intensidad y las olas de calor son cada vez más frecuentes debido al calentamiento global. Los científicos también observan que las tormentas tienden a detenerse y producir lluvias más intensas, exacerbando aún más las consecuencias de eventos climáticos extremos.