Recientemente el té argentino obtuvo el sello de Indicación Geográfica, una distinción que reconoce su origen y las características únicas que adquiere gracias a las condiciones agroecológicas de Misiones y Corrientes, donde se concentra el 100 % de la producción nacional.
Además, fue distinguido con el primer puesto en la 4.ª Competencia de Tés Artesanales de Sudamérica.
La reciente obtención del sello de Indicación Geográfica (IG) para el té argentino reconoce las características únicas que adquiere en Misiones y Corrientes y lo posiciona internacionalmente como un producto diferenciado. El INTA Cerro Azul impulsa este desarrollo con cultivares que ya lograron premios en competencias sudamericanas, consolidando la producción de té gourmet en la región.
“Este sello fue gestionado por un equipo en el que el INTA, junto con la Asociación de Productores de Té, el Ministerio del Agro de Misiones y el INTI, trabajaron durante más de un año para reunir todos los requisitos necesarios para obtener esta distinción”, puntualizó Guillermo Arndt, investigador de la Estación Experimental Cerro Azul del INTA.
La IG es una herramienta clave que protege el valor cultural y productivo del té nacional y permite a los productores acceder a mercados internacionales con un producto diferenciado, de identidad regional y alto valor agregado.
Cultivar INTA, entre los mejores de Sudamérica
En relación con el premio obtenido, el investigador indicó que el programa de mejoramiento genético del INTA lleva más de 60 años de trabajo, en los cuales el INTA Cerro Azul desarrolló 24 cultivares de té de alto rendimiento, inscriptos en el INASE. “Con estos materiales, el equipo de yerba mate y té obtuvo tres reconocimientos internacionales en distintas competencias”, indicó.
El investigador explicó que el té verde presentado en la 4.ª Competencia de Tés Artesanales de Sudamérica se elaboró con el cultivar SG 161 INTA, que obtuvo el primer puesto en su categoría, con un puntaje de 81,2 puntos, convirtiéndose en el único en superar los 80 puntos. “Esta calificación lo ubicó dentro de la categoría de té de especialidad, una distinción reservada a infusiones de altísima calidad”, destacó, y agregó: “Es una valoración muy alta en el mundo del té y una de las mejores alcanzadas en Sudamérica”.
En esta línea, el investigador destacó también a los materiales CH 318 INTA y SG 1420 INTA, seleccionados por sus cualidades organolépticas, su alta capacidad fermentativa y su aptitud para elaborar té artesanal de calidad.
“Estos materiales están dirigidos a pequeños productores que apuestan al té artesanal. Aunque se trata de una actividad incipiente, tiene gran proyección y permite obtener mayor rentabilidad en superficies reducidas”, explicó el especialista. Además, destacó el valor agregado que esta producción puede ofrecer al turismo regional, con propuestas como el catado de té y experiencias de cosecha.
Estos materiales están disponibles a través de la entrega de plantines y/o ramas estaqueras al sector productivo, y ya están siendo utilizados por productores elaboradores de té artesanal.
A su vez, la experimental de Cerro Azul forma parte del circuito turístico “Misiones Tour de Té”, a través del cual se ofrecen visitas guiadas al banco de germoplasma, plantaciones de té y microsecadero, donde se exponen las distintas líneas de investigación que se llevan a cabo en el cultivo. “Esta actividad favorece la difusión del trabajo científico y tecnológico entre sommeliers, escuelas de té y aficionados de distintos puntos del país y del exterior”, indicó.
“Este premio confirma, una vez más, la aptitud de los cultivares desarrollados en Cerro Azul para la elaboración de té gourmet y pone en valor la investigación como motor del desarrollo de productos de alta gama, con identidad regional y proyección internacional”, concluyó Arndt.