jueves, mayo 2, 2024

Tensión por ola de remarcaciones: supermercados advierten a proveedores que ya no soportan las subas

Tras el salto devaluatorio, las grandes cadenas buscan poner un freno a los aumentos de las empresas de consumo masivo. Lo mismo solicitan los kiosqueros y almaceneros. Conflicto en puerta frente a la escalada de precios.

Noviembre terminó con un índice de precios al consumidor de 12,8%. Diciembre, en tanto, mostrará una sensible diferencia tras la devaluación: las consultoras estiman una inflación cercana al 30%. A su vez, el presidente electo, Javier Milei, reconoció que en el verano podría alcanzar el 40%. En ese contexto, los fabricantes de alimentos y artículos de limpieza e higiene pujan constantemente por instalar remarcaciones en góndolas, pero los supermercados advirtieron que tales aumentos ya no podrán ser recibidos. Hay tensión entre las grandes cadenas y los proveedores en medio de la liberación de precios.

Luego del salto del tipo de cambio oficial que anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, a $800, las grandes empresas, que ya venían reactualizando las listas de precios argumentando atrasos en por los acuerdos regulatorios, se hicieron eco de la devaluación y nuevamente enviaron listas con subas exorbitantes. Durante la semana pasada, los incrementos oscilaron entre el 30% y el 40%, pero esta vez, algunos ítems fueron más allá. Un proveedor le informó a este diario que el miércoles vendió aceite 112% más caro que el martes. Harina, casi 30% más. “Es que ya no funcionan más los acuerdos de precios, no hay ningún tipo de regulación. Subirán hasta que baje la demanda”, se sincera un referente del sector lácteo.

En ese contexto los supermercados, con mayor resistencia que la que puede tener un almacén o pequeño comercio, enviaron una alerta a los proveedores: “Recibimos listas con dispersiones marcadas en cuanto a los precios, igualando o superando el 100% de aumento y sin bajar del 25%”, aseguran desde el sector. Si bien las política desreguladora invariablemente conlleva actualizaciones, tanto la finalización del programa Precios Justos y como la de los fideicomisos (público y privado) que regulaban el precio del aceite, harina y panificados, no alcanzan para justificar la remarcación diaria en bienes esenciales.

En ese sentido, los supermercados aseguran que las subas que la industria “pretende imponer” ya no pueden ser absorbidos “por la mayoría de los consumidores” pese a que se realicen “máximos esfuerzos” para sostener “precios razonables”. “Las cadenas, durante los últimos años, han cedido en favor de la industria márgenes de rentabilidad, plazos de pago, condiciones comerciales (descuentos por volumen y otros) a fin de tener garantizado el abastecimiento que, por otro lado, siempre estuvo por debajo de la demanda”, concluyen desde el sector.

Sin embargo, los reclamos no provienen únicamente de los grandes centros, también de los almacenes y kioscos.

Desde el otro lado argumentan que, para los proveedores, “la incertidumbre es total también”. Es el caso de los lácteos: la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas se reunirá recién esta tarde para definir el esquema a seguir. Es que, tal como explican, una devaluación obliga a incrementar el precio a nivel local para competir por el abastecimiento del producto, como puede ser la leche. “Hasta ahora aumentábamos 10% mensual, pero frente a estos números no sabemos qué hacer. Con el plan de ajuste aplicado tantos aumentos no te lo van a convalidar desde la demanda”, analiza un referente del sector. De todas formas, el poder de fuego para imponer precios de lista entre un gran proveedor y una pyme también es sensiblemente diferente.

 

Artículos relacionados

Más Información