La Asociación de Trabajadores del Estado en el INDEC volvió a encender las alarmas por el deterioro del ingreso de los empleados públicos al difundir un nuevo informe que analiza la pérdida del poder adquisitivo frente a la inflación.
Según el relevamiento, una familia tipo necesitó en octubre más de dos millones de pesos mensuales para cubrir sus necesidades básicas, cifra que empujó al gremio a exigir una recomposición urgente del 118%.
El estudio determinó que un hogar integrado por dos adultos y dos niños necesitó exactamente $2.027.283 para afrontar el mes, mientras que la canasta alimentaria mínima alcanzó los $691.887. El informe advierte que estos valores reflejan con crudeza el impacto del aumento de precios sobre los consumos esenciales.
El documento, titulado “¿Cuál debería ser nuestro salario como mínimo?”, también reveló que el poder de compra de los estatales sufrió una caída del 54,8% desde diciembre de 2015. Según la comparación, si el salario del SINEP se hubiera ajustado al ritmo inflacionario, debería ubicarse hoy en $1.417.335; sin embargo, el ingreso real es de $636.289. El retroceso se profundizó en los últimos meses: desde la asunción del actual Gobierno, la inflación acumulada alcanzó el 241% y la pérdida salarial trepó al 28,25%.
Para los monotributistas, el escenario es aún más crítico. De acuerdo con ATE INDEC, llevan más de un año con ingresos congelados y acumulan un desfasaje equivalente a más de cinco millones de pesos no recuperados.
Ante este panorama, el gremio afirmó que “no hay margen para más pérdida salarial” y presentó un listado de reclamos al Ejecutivo: un aumento de emergencia del 118% en un solo tramo, un bono mensual de $250.000 para todo el personal, la reapertura inmediata de las paritarias sin topes y el pase a planta permanente, con garantía de que ningún trabajador quede por debajo de la línea de pobreza.
