jueves, abril 25, 2024

Tras una tensa votación, la Corte de Brasil votó en contra de Lula y el expresidente quedó a un paso de ir preso

El exmandatario fue condenado a 12 años de cárcel por un tribunal inferior en la causa de Lava Jato. El caso provoca un verdadero terremoto en la campaña electoral, donde el líder del PT es favorito. Todavía tiene hasta el 10 de abril para presentar un recurso ante el tribunal de Porto Alegre.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil se definió este miércoles contra un recurso extraordinario del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que fue condenado en enero a 12 años de prisión en segunda instancia en el marco la megausa sobre corrupción política “Lava Jato”. Ya rechazado el recurso, se abren las puertas de la cárcel al exmandatario, a seis meses de las elecciones que lo tienen como favorito.

El juicio duró 12 horas y se centró en una pregunta: ¿debe el popular exmandatario iniciar el cumplimiento de la sentencia por corrupción a la que fue condenado por un tribunal de Porto Alegre o puede esperar en libertad hasta que su caso sea analizado por las instancias superiores.

De los once jueces, cinco emitieron su voto a favor y seis en contra de la liberación del exmandatario.

Pese a que la Suprema Corte es el principal tribunal del país, Lula no va a ingresar en la cárcel inmediatamente.

El exmandatario todavía tiene hasta el 10 de abril para presentar un recurso ante el tribunal de Porto Alegre, pero los expertos en derecho coinciden en que esta etapa es una formalidad y que la probabilidad de que tenga éxito es mínima.

De qué se lo acusa

Lula, quien gozó de una inmensa popularidad tras dos mandatos como presidente entre el 2003 y el 2010, se ha convertido en un personaje polémico en medio de un escándalo de corrupción que ha sacudido a Brasil en los últimos años y ha enfurecido al ciudadano promedio contra la clase política.
El exmandatario fue declarado culpable el año pasado por ayudar a una empresa constructora a lograr contratos a cambio de la promesa de que recibiría un departamento en la playa.

El encargado de dictar la sentencia fue el juez Sérgio Moro, responsable de los casos derivados de la Operación Autolavado (Lava Jato), el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil.

Muchos consideran a Moro un héroe, mientras que sus detractores lo acusan de ser partidista.

Lula siempre ha defendido su inocencia y ha argumentado que este caso, como otros cargos de corrupción pendientes de juicio, son intentos para mantenerlo fuera de la carrera presidencial.

Sin embargo, Lula sufrió un revés en enero, cuando una corte de apelaciones ratificó la condena relativa al mencionado departamento. Los tres magistrados que revisaron el caso ampliaron incluso la sentencia a 12 años y un mes.

La intimidad de Lula

Resguardado de la atención mediática, este miércoles Lula intentó aparentar que no prestaba mucha atención al juicio del Tribunal Supremo.

Se mostró “tranquilo” e incluso comentó el golazo de chilena de Cristiano Ronaldo en el partido en el Juventus, según contaba un miembro del Partido de los Trabajadores (PT).
Pero lejos de la versión “oficial”, trascendió que nunca había visto a Lula tan “afectado” desde la muerte de su mujer, Marisa Leticia.

Alejado de los palcos y las multitudes, el tornero mecánico recibía un nuevo mazazo, uno de los más importantes de su vida, después de conocer que el Supremo rechazó el “habeas corpus” intentado por su defensa para postergar la cárcel tras la condena por corrupción, según Efe.

Mientras la justicia estrechaba su cerco, el exlíder sindical pasó el día reunido con los suyos, recibiendo visitas de conocidos y aliados políticos, entre ellas la de expresidenta Dilma Rousseff, de quien Lula fue hombre amigo durante el juicio político que la destituyó en 2016.

Mientras, unas trescientas personas, la mayoría del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), siguieron la votación entre el desconcierto de los términos jurídicos empleados por los magistrados de la máxima corte, que analizaron el “habeas corpus” durante más de diez horas.

Con pancartas de “Lula es inocente” y “Lula es el pueblo”, los simpatizantes del exmandatario llegaron a primera hora de la mañana al sindicato y, entre bailes y cánticos, acompañaron parte de la sesión del Supremo, aplaudiendo los votos favorables al exmandatario.

El más conmemorados fue el del juez Gilmar Mendes, históricamente rechazado por la izquierda, pero que hoy se posicionó a favor de que Lulapudiera recurrir a instancias superiores en libertad, no sin antes deslizar sus críticas al Partido de los Trabajadores (PT) y a la prensa brasileña.

La decisión de Mendes supuso un alivio, pero la tranquilidad duró poco tiempo. La jueza Rosa Weber, fiel en la balanza en la votación, denegó el “habeas corpus”, aunque no hubo desolación, y contadas caras largas.

“Ella en el fondo contribuyó para que pueda ser decretada la prisión de Lula,lo que es una fase más del golpe de Estado”, dijo en declaraciones a Efe Eloi Pietá, miembro de la directiva regional del Partido de los Trabajadores (PT).

A los pocos minutos, la militancia concentrada desde primera hora de la mañana fue dejando el edificio, anticipando un final desfavorable para Lula, quien lidera todas las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre.

Antes, el presidente del sindicato de los metalúrgicos de la región metropolitana de Sao Paulo, Wagner Sanatan, mandó un mensaje a los congregados: “Lula pasó la vida entera luchando por nosotros y ahora espera eso de cada compañero y compañera”.

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