martes, abril 23, 2024

Trasplantaron un riñón de cerdo a una paciente con muerte cerebral en EE.UU.

La operación fue experimental y se realizó en Nueva York en una mujer de 66 años.

Entre 1900 y 1915 se realizaron los primeros trasplantes en animales. El animal elegido fue el perro y el órgano, el riñón. Más de cien años después, el hombre insiste en la búsqueda de órganos de animales que puedan usarse para trasplantes que salven vidas, y los cerdos fueron el foco de investigación para abordar la escasez de órganos.

El procedimiento realizado en la ciudad de Nueva York involucró el uso de un cerdo. Antes, los genes habían sido alterados para que sus tejidos ya no contuvieran una molécula que se sabe que desencadena un rechazo casi inmediato. Es decir que el órgano provino de un animal editado genéticamente, diseñado para evitar un ataque del sistema inmunológico.

Los investigadores trabajaron con especialistas en ética médica, expertos legales y religiosos para examinar el concepto antes de pedirle a una familia acceso temporal a una paciente con muerte cerebral. La receptora fue una mujer con muerte cerebral con signos de disfunción renal cuya familia consintió el experimento antes de que la quitaran del soporte vital, dijeron investigadores a los medios locales.

La operación fue financiada con una beca de 3,2 millones de dólares proporcionada por United Therapeutics, una compañía de biotecnología con sede en Maryland que desarrolla tratamientos para enfermedades pulmonares. Pero también incursionó en el campo de los xenotrasplantes a través de su filial Revivicor, que crio los cerdos en una granja de Iowa para este tipo de operaciones. Los productos médicos desarrollados a partir de los cerdos aún requerirían la aprobación específica de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) antes de ser utilizados en humanos.

Un momento histórico
El pasado 25 de septiembre, el doctor Robert Montgomery fue clave en un momento decisivo. Lleva años de investigación en este campo, ocupó un quirófano amplio del NYU Langone, el prestigioso hospital universitario en la orilla del East River de Nueva York, rodeado de su equipo, y con las manos listas para soltar las abrazaderas que impedían la circulación de sangre del cuerpo de un humano al riñón de un cerdo.

Montgomery unió el órgano del animal a la corriente sanguínea del paciente. Al soltar las abrazaderas, la sangre fluiría hasta el riñón externo y Montgomery iba a presenciar un momento histórico o enfrentaría una enorme desilusión: si el órgano se teñía de rojo, significaba que el riñón recibía la sangre del humano con normalidad. Si se tornaba azul, sería la señal de una reacción inmune del cuerpo humano que rechazaba un órgano extraño.

Ocurrió lo primero y Montgomery gritó eufórico. “Funciona con total normalidad”, aseguró después el doctor. “No se produjo el rechazo inmediato que temíamos”. La paciente tuvo el órgano del animal adherido a su cuerpo durante 54 horas. Durante ese tiempo, el riñón realizó sus funciones con normalidad, filtrando la sangre y evacuando orina hacia un recipiente. El órgano estuvo a la vista, protegido con un plástico y se le realizaron biopsias para evaluar su funcionamiento.

Trasplantes con historia

El campo de los xenotrasplantes no es nuevo. En los años sesenta, se trasplantaron riñones de chimpancés a humanos. La mayoría murió poco después, con un caso que sobrevivió nueve meses. En 1984, Leonard Bailey implantó el corazón de un babuino en una nena de doce días que había nacido con el órgano deformado. Se la bautizó como ‘Baby Fue’, pero solo vivió 21 días porque su tipo de sangre era incompatible con la de este mono. La experiencia sirvió un año después para ejecutar el primer trasplante de corazón en bebés.

En la actualidad, hay varios grupos de investigación que lograron avances, pero sin experimentar con el cuerpo humano. Un grupo de Alemania, por ejemplo, logró mantener con vida a babuinos con corazón de cerdo durante seis meses.

Los comentarios de la comunidad científica

El experimento fue recibido con diversidad de opiniones entre el optimismo cauto y la efusividad. El equipo de Montgomery no difundió por ahora la información registrada en la operación y hay dudas sobre los problemas que puede suponer el trasplante de órganos de cerdo: desde el rechazo a largo plazo a la infección con virus presentes en estos animales.

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