Luana Martina Kruka murió el sábado en el sanatorio Camino de Posadas. La niña comenzó sentirse mal desde el martes pasado, tuvo fiebre por lo que decidieron llevarla al sanatorio. Allí la atendieron y tras descartar que se trataba de un caso de gripe A o B, la enviaron de nuevo a su hogar con medicamentos para su estado.
Al otro día, según contó Jéssica Velázquez, su madre, volvió a levantar fiebre y volvieron al centro de salud y quedó internada para tratar su afección.
Las radiografías de sus pulmones, indicaban que estaban bien, pero la pequeña manifesó que le dolía la pierna, en la zona de la ingle, además de presentar un cuadro similiar a una gripe con catarro y tos.
La mamá contó que “le habían salido manchitas rojas en la piel, además de un color oscuro en las manitos y piecitos”.
Después, los médicos decidieron internarla en terapia ya que presentaba problemas para respirar, tosía mucho e incluso el esputo tenía rastros de sangre.
Entre jueves y viernes la situación empeoró, por lo que además de hacerle una transfusión a Luana, la intubaron. No podía respirar, e incluso su madre recordó perfectamente que le dijo a su hija antes de esto: “Mami no me dejes” le dijo la pequeña, y la mujer confesó que la tranquilizó confiando en que el procedimiento la aliviaría y con “toda la fe del mundo” de que pronto se recuperaría.
El sábado el estado de la niña empeoró y su cuerpo no resistió. Falleció a consecuencia de lo que indicaron como un cuadro de neumonía, que derivó en un paro cardiorespiratorio.
“Yo no entiendo nada de lo que pasó. Un día la placa de los pulmones estaba bien y al otro día lleno de líquidos. El sábado tenía incluso mejor semblante después de la transfusión y sus pies como sus manitos tenían mejor color. Ahora no se qué hacer. Se fue mi bebé. Me siento rota. Esto es algo increíble”, sostuvo Jéssica en una entrevista.