martes, abril 16, 2024

Educación emocional: aislamiento social obligatorio y en familia

El aislamiento social y lo que ella implica, sobre todo lo vinculado al hecho de no asistir a la escuela nos interpela a pensar cómo organizarnos para poder seguir generando propuestas educativas y recreativas con nuestros hijos desde casa.

En este escenario las familias continúan con la puesta en práctica de acciones que fortalezcan los vínculos, que fomenten valores, actitudes propositivas y que pueden ir en consonancia con los aprendizajes, que su vez, les ofrecen los docentes quienes cumplen su tarea pedagógica a través de los recursos que tienen a su alcance y el capital de su experiencia.

Si bien la situación es compleja y hasta abrumadora, podemos pensarla como oportunidad para encontrar respuestas o nuevas preguntas que nos motiven a propiciar espacios de encuentro y aprendizaje, permitiéndonos entender cuán importante y posible es el trabajo articulado entre la familia y los docentes ya que no se trata de roles sustituibles, pero sí complementarios y significativos.

La familia como organización natural de la vida colectiva, tiene una participación activa en el proceso de adquisición de aprendizajes de sus miembros. En este sentido podemos decir que la familia y la escuela comparten el desafío de aportar al desarrollo integral de los sujetos, cada una desde su rol, función y contexto.

Los primeros vínculos afectivos surgen en el seno familiar, constituyendo huellas emocionales determinantes. Ante tal acepción es preponderante que madres y padres busquen lograr climas emocionales que establezcan un apego seguro.

Cuando los adultos se involucran en la educación de sus hijos los ayudan a formar su identidad, fortalecer su autoestima a mejorar la calidad de las interacciones intrafamiliares, a desarrollar aspectos que hacen a la dimensión social y emocional, entre otros aportes fundamentales para sostener proyectos de vida.

Hoy, el contexto que expone la pandemia del COVID-19 impacta emocionalmente de muchas maneras, en donde los sentimientos y pensamientos se intensifican ante la nueva realidad que generan cambios en las rutinas, en la noción de tiempo, espacio, modos de comunicarnos, modos de aprender, de convivir. En esta conjunción de situaciones, ayudar y ayudarnos se vuelve un acto fundamental.

En este sentido a continuación compartimos algunas sugerencias para hacer en familia; un aporte para vivir la cuarentena, incluso resignificando viejas prácticas:

El Cuento; puede ser un espacio de crecimiento, diversión y encuentro tanto para los niños como para los adultos. Cada relato nos despierta experiencias emocionales que acompaña la apropiación de aquello que nos cuentan, pero que a su vez ancla en algún registro personal y en el despliegue de la imaginación, la fantasía, la capacidad creadora.

Sabemos que la fantasía juega un papel fundamental en el desarrollo psicológico y emocional de los seres humanos. Los cuentos nos atrapan y acompasan lo que sentimos ayudándonos a transitarlo y vivirlo desde lo imaginario.

Los momentos de lectura deben ser vistos como espacios agradables, amigables, que cada uno pueda estar en deseo y en presencia siendo parte.

  • Tener una selección de cuentos o relatos: con diversas extensiones, géneros, temas.
  • También se puede invitar al niño o niña/adolescente a generar su propio cuento, incluso los padres pueden hacerlo.
  • Se pueden relatar historias familiares, que quizás por falta de tiempo no se realizaban y es una oportunidad para conocer la genealogía y la historia familiar.

 

 

Escuchar/ hacer Música; recurso casi infalible para acompañar diversos contenidos e incluso estados de ánimo. La música nos permite expresar lo que sentimos, se vuelve un canal de expresión y toma de conciencia de los propios sentimientos. Es importante facilitar las herramientas, espacios y tiempos para experimentar libremente lo que la música nos genera.  Como sugerencia se puede armar un compilado de temas musicales diversos en artistas, en décadas, géneros y estilos. Capitalizando el talento de alguien que sepa manipular instrumentos u otro tipo de talento.

Momentos de relajación y calma: actividades de relajación, meditación, calma y silencio tienen numerosos beneficios psicológicos y físicos para toda la familia.

Las mismas pueden ponerse en práctica en un espacio amplio, con pocos estímulos, buscar posturas cómodas y relajadas.

El juego: en la cuarentena que nos preocupa, nos genera incertidumbre y malestar, el juego se presenta como una posibilidad de generar ese espacio de encuentro, bienestar y de aprendizajes que nos invita a crear, a proyectar y sentirnos mejor. Juguemos … en familia, entre hermanos/as, con amigos (en red), con las maes, con l@s profes…juguemos! Busquemos un proyecto compartido que nos motive, que nos anime, que nos enseñe …jugar también nos ayuda a transformar el mundo. El espacio lúdico nos permite anclar en lo mejor de cada uno, abriendo paso al sentir, al ser.

El baile: es un lenguaje universal que acarrea muchos beneficios y nos ayuda estar bien, a sentirnos mejor. Entre sus aportes se menciona que: permite canalizar emociones en forma saludable, a relacionarnos con los demás, mejorando la autoestima, cambiando por un momento el foco de atención sobre aquello que nos angustia para dar paso a emociones agradables, reduciendo el estrés, nos alegra, nos motiva, entre otros. Destinemos un momento de nuestro día al movimiento aportando a nuestra salud física y emocional. La invitación es a compartir la propuesta con todos los miembros de la familia.

¡El abanico de opciones musicales es enorme! solo tienen que buscarlo, escucharlo y listo… ¡A Bailar!  Tratando de incorporar, sesión en sesión, más ideas al repertorio, haciendo del momento un verdadero espacio creativo y de bienestar familiar.

Hablar sobre lo que sentimos: hablar sobre nuestros sentimientos, conversar al respecto permite que los hijos conozcan y entiendan sobre la diversidad de reacciones y emociones propias y ajenas, creando climas de confianza y seguridad.

Como ultima sugerencia invitamos a destinar un breve tiempo al sentido del humor, ya que activa el sistema inmunitario y es un liberador de la tensión emocional. Con humor y alegría podemos generar mensajes saludables y contenidos que nos ayuden a sobrellevar en parte, la situación crítica que estamos atravesando.

No nos privemos de la palabra, del afecto y del compartir, la familia es la clave a la hora de hablar de educación socio – emocional.

Hoy, cada uno aporta como mejor puede hacerlo en estas circunstancias.

Quedate en casa y juntos saldremos adelante!

Lic. María Inés, Rebollo- Lic. Baukloh, Karen

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