domingo, mayo 19, 2024

"Me siento genial", dijo la primera voluntaria en recibir estudio de vacuna contra el coronavirus

Jenniffer Haller recibió la inyección con un ARN mensajero que no la expone al virus. Su motivación es ser parte de un descubrimiento que ayude a millones de personas a estar sanas.

“Estoy dispuesta, estoy lista”. Sin ninguna muestra de temor, habló la primera participante del primer estudio de una vacuna experimental contra el nuevo coronavirus, en una carrera mundial por conseguir la ansiada fórmula que proteja de la pandemia.

“Todos nos sentimos muy indefensos. Esta es una gran oportunidad para hacer algo”, dijo Jennifer Haller, de 43 años, mientras esperaba la inyección en el Instituto de Investigación de Kaiser Permanente en Seattle. Luego de la aplicación, salió de la sala con una gran sonrisa: “Me siento genial”.

Se trata una gerente de operaciones de una pequeña compañía tecnológica, y es parte de los 45 voluntarios que recibirán dos dosis con un mes se diferencia.

“Estoy orgullosa de mí y agradecida por el privilegio que tengo de poder hacerlo. Estoy saludable, tengo un salario, una empresa flexible, amigos y familia que me apoyan. Mi preocupación es por la gente que trabaja por hora y sus vidas serán severamente afectadas”, comentó en entrevista con MSNBC.

Si bien dijo estar consciente de todos los posibles efectos secundarios, aclaró que no estará en contacto con el coronavirus, por lo que no tendría riesgo de enfermarse del Covid-19, algo que ha tranquilizado a sus amigos y familiares. “En ningún punto del estudio estaré expuesta al virus. Eso es asombroso”, declaró.

Esta candidata a vacuna, conocida con el código mRNA-1273, fue desarrollada por los NIH y la compañía biotecnológica Moderna Inc., con sede en Massachusetts. No hay posibilidad de que se contagien los participantes porque las vacunas no contienen el coronavirus en sí.

Inyectar un ARN mensajero en un cuerpo humano hace que se desarrolle en el interior del cuerpo, desencadenando una respuesta inmune sin necesidad de infectar a la persona con el virus completo.

Así lo explica un paper de la Universidad de Cambridge: “A diferencia de una vacuna normal, las vacunas de ARN funcionan al introducir una secuencia de mARN (la molécula que le dice a las células qué construir) que está codificada para un antígeno específico de la enfermedad, una vez producida dentro del cuerpo, el sistema inmunitario reconoce el antígeno, preparándose para luchar contra lo real”.

Haller, con tranquilidad y sin dejar de sonreir se muestra optimista y dice que aunque el estudio no tenga éxito, igual se sentiría contenta por participar. “La posibilidad de que yo tenga que ver con ayudar a salvar vidas es enorme. Si esto no es la vacuna correcta, por lo menos soy parte del proceso para estar más cerca de ayudar a la gente”.

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