jueves, mayo 9, 2024

No todo es oliva: beneficios de los aceites de semillas

La fuente del aceite de lino son las semillas de lino o linaza. Se trata de una excelente fuente de micronutrientes, fibra, antioxidantes, y grasas saludables. El aceite de sésamo, por su parte cuenta con ácidos grasos poliinsaturados, como omega 6 u omega 3, lecitina, calcio, vitaminas B1, B3, B6 o E o minerales como el magnesio, el fósforo, el cobre, el manganeso, el calcio o el hierro.

Las semillas constituyen un alimento de alto valor nutritivo. Están compuestas químicamente por tres macronutrientes; carbohidratos, proteínas y lípidos, y una amplia y variada gama de vitaminas, minerales y otros compuestos bioactivos de gran importancia nutricional.

La semilla de lino es un alimento nutricionalmente atractivo debido a su contenido excepcionalmente alto en lípidos, proteínas y fibra alimentaria. Aproximadamente un 30% del peso de la semilla está representado por carbohidratos, de los cuales una minoría corresponde a azúcares y almidones, mientras la mayor parte (cercano al 95%) corresponde a fibra alimentaria –dos tercios no fermentable y un tercio fermentable–.

Las semillas de lino contienen vitaminas solubles en agua y lípidos, en pequeñas cantidades. Dentro de las hidrosolubles se encuentra una amplia variedad; vitamina C y vitaminas del complejo B: B2, B3, B6, colina, B9, destacándose en su contenido de B1. Dentro de las liposolubles se destaca su contenido en vitamina K. La vitamina E se encuentra presente principalmente en forma de gamma-tocoferol.

Entre los componentes de la semilla de sésamo, aproximadamente un 25% del peso de la semilla de sésamo está compuesto por carbohidratos. Una muy pequeña parte de estos, casi despreciable, está representado por azúcares, y la gran mayoría se presenta en forma de fibra fermentable, como pectinas y mucílagos.

De un 15% a un 20% del peso de la semilla son proteínas. Su composición proteica está dada por globulinas y albúminas, y en cuanto a los aminoácidos que la componen se un aminoácido esencial, la metionina, por su alto contenido.

El principal componente de las semillas de sésamo son los lípidos, de los cuales predominan los ácidos grasos poliinsaturados en primer lugar, seguido por los ácidos grasos monoinsaturados y por último por los ácidos grasos saturados, que presentan una cantidad inferior. Dentro de los ácidos grasos poliinsaturados los que se encuentran en mayor medida son el ácido linolénico y el ácido linoleico.

De las semillas de sésamo, que habitualmente vemos en comidas como diferentes tipos de pan, ensaladas o sushi, se obtiene un rico aceite que se usa para la cocina y también como producto de belleza. Y es que cuenta con múltiples propiedades para el cuidado de la piel y del pelo.

Este aceite se obtiene al prensar las semillas de sésamo una vez tostadas. Su color oscuro depende de ese tostado, lo que le confiere también su sabor y aroma intensos. Puedes utilizarlo crudo, en aliños o incorporarlo en pequeñas cantidades a guisos o salsas y dar un toque personal a tus platos.

El aceite de ajonjolí o aceite de sésamo se utiliza en diferentes gastronomías. Una de las que más lo usan es la china, pero también es muy popular en Japón, Corea y Oriente Medio. El motivo no es otro que aprovechar su aroma y sabor para que los platos sean más interesantes.

En su composición encontramos minerales como el hierro, el zinc, el magnesio o el calcio. Todos ellos fortalecen el sistema nervioso y, como consecuencia, puede mejorar la memoria y podría prevenir enfermedades como el Alzheimer.

También se ha utilizado en medicina por su poder antiinflamatorio y como fuente de calcio. Además, es excelente para mejorar tu salud cardiovascular porque favorece la circulación y evita que la grasa se adhiera en las arterias.

En definitiva, su uso en el campo de la medicina se basa en que es bueno para tu corazón y tu cerebro. Por otro lado, en la gastronomía aporta matices y aromas muy interesantes a los platos y también se utiliza en el campo de la cosmética.

La presencia de ácidos grasos y cobre en el aceite de ajonjolí puede reducir la incidencia de procesos inflamatorios. Da buen resultado en personas con problemas de túnel carpiano, artritis, artrosis o calambres musculares. Del mismo modo, se puede utilizar en casos de dolor de oído, tendinitis o esguinces. Te beneficiarás de sus propiedades al ingerir 4 gramos diarios (2 cucharadas) de este aceite.

Por otra parte, el aceite de lino tiene propiedades nutricionales interesantes y efectos potencialmente beneficiosos para la salud, debidas principalmente a su composición, especialmente, sus ácidos grasos poliinsaturados con el aporte de ALA (omega 3) y fitoquímicos como los lignanos (una de las mejores fuentes).

Los lignanos son una clase de fitoestrógenos, con importantes propiedades antioxidantes, capaces de neutralizar la acción oxidativa dañina producida por los radicales libres en cada tejido celular de nuestro organismo.

Esta combinación nutricional posee un importante potencial de cara a producir propiedades beneficiosas para la salud: reducción de enfermedad cardiovascular, aterosclerosis (obstrucción de las arterias por acumulación de sustancias grasas, colesterol y otras, en las paredes de las arterias), diabetes, cáncer, artritis, osteoroporis, trastornos autoinmunes y neurológico.

El ácido graso esencial omega 3 juega un papel fundamental en importantes procesos del organismo, tal como actuar como antiinflamatorio natural, salud del corazón y apoyo cognitivo. En los niños, contribuye con el crecimiento del tejido neuronal durante el periodo perinatal, además de un apoyo nutricional en el desarrollo de los bebés prematuros. En adultos, mantener unos niveles adecuados de este ácido graso esencial reduce las posibilidades de complicaciones con patologías clínicas, incluyendo tejido cardíaco, renal y neuronal.

A la hora de introducir este alimento en nuestra alimentación tenemos dos opciones: Aceite de lino en formato líquido, o bien Suplementos de Aceite de Lino o Linaza. Con ambos vamos a conseguir aportar los mismos beneficios, sólo que de una manera estamos ingiriendo más contenido calórico (aceite), mientras que de la forma en cápsulas o perlas, sólo nos quedamos con el principio activo o ácido graso.

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