viernes, marzo 29, 2024

Nueva era en Brasil: con Bolsonaro, se redefine el escenario político y económico para Argentina

Arranca una nueva era en Brasil. Tras el interinato de Michel Temer, quien se ganó el mote de ser “el presidente menos popular del mundo”, Jair Bolsonaro tomará las riendas de la mayor economía de Sudamérica y del principal socio comercial de la Argentina.

 

Con Lula da Silva preso y un Partido de los Trabajadores duramente golpeado, el líder de derecha del Partido Social Liberal llegó al poder con muchos slogans de campaña y algunas propuestas, pero dejando todavía muchas incógnitas por resolver, especialmente en el plano comercial.

 

Sin embargo, para los analistas, los cambios serán inevitables y, como una onda expansiva, se terminarán haciendo sentir en la Argentina.

 

Una de las primeras consecuencias del empoderamiento de Bolsonaro se sentirá en el terreno de la política y las relaciones internacionales.

 

Concretamente, los expertos anticipan que Mauricio Macri verá cómo se irá desdibujando su rol de único vocero de la región ante las potencias mundiales.

 

¿Qué podría implicar esto? Que se evaporaría parte del peso estratégico que supo tener la Argentina, que jugó un papel clave como interlocutor con EE.UU. y Europa.

 

Desde que asumió Donald Trump, Estados Unidos siempre mostró un fuerte interés en evitar que la crisis política y económica se profundice en la Argentina, en momentos de fuerte inestabilidad en el vecindario.

 

El apoyo expreso y firme de Donald Trump hacia el Gobierno de Macri cuando estaba gestionando el megacrédito ante el FMI, lució como una estrategia para evitar que entre en zona de riesgo un mandatario amigable con el mercado.

 

Es decir que Macri supo capitalizar el papel que le tocó jugar. Y esto se debió a que, tal como lo plnateó el analista Sergio Berensztein, había un costo elevado para Washington si no se evitaba que entrara en zona de turbulencia un gobierno que había demostrado su esfuerzo por ir hacia políticas más previsibles, justo en momentos en que Brasil estaba en plena carrera electoral.

 

Y este rol clave que jugó la Argentina, tuvo más impacto concreto que el imaginado: el espaldarazo de Trump en un tema sensible como el acuerdo con el FMI fue decisivo.

 

Sin embargo, para los analistas está claro que la gravitación de Macri como referente regional entró en una zona de grises tras el cambio de era en Brasil.

 

Ahora que Bolsonaro fue ratificado presidente, para Elizondo, ese liderazgo de la Argentina podría quedar fuertemente opacado.

 

“Macri se encontró con ese rol porque había un espacio vacante. Pero ahora que Brasil pasa a tener un presidente con una agenda de centroderecha y con una fuerte vocación internacional, dejará de ser el único ‘vocero’”, planteó.

 

“Vamos a ver un Brasil que va a actuar como una gran economía a nivel mundial, algo que no se vio durante la gestión de Temer”, agregó.

 

Marcelo Bermolén, profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, coincidió al señalar que “el contraste de época llevará a que Mauricio Macri quede opacado ante la aparición de la nueva estrella regional, encarnada por Bolsonaro”.

 

Esto, agravado por el hecho de que el jefe de Estado argentino “atraviesa en su gestión una fuerte crisis económica, no cuenta con mayorías legislativas y no tiene asegurada su reelección. Esto contrasta con el contundente apoyo interno con el que Bolsonaro inicia su mandato, además de variables económicas más ordenadas en su país”.

 

“La relación de Brasil con Argentina es estratégica, pero es de esperar que sea un negociador duro y que vea en la Argentina un acompañante necesario pero que no ensombrezca su rol de líder regional”, agregó.

 

De hecho, mientras era candidato, Bolsonaro comenzó a probarse el traje de interlocutor de la región. Por un lado, arrojó flores a Trump, de quien destacó que ayudó a mejorar el nivel de empleo en EE.UU.

 

Por otro, propuso liderar un “bloque liberal” en Sudamérica, que estaría conformado, además de Brasil, por la Argentina, Chile y Paraguay.

 

Más allá de que una eventual coalición de este tipo no tendría prácticamente implicancias en el terreno práctico, sí deja en claro cómo Brasil vuelve a irrumpir en la escena regional para reclamar un lugar que había abandonado hacía tiempo.

 

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