jueves, mayo 2, 2024

Qué alimentos consumir y cuáles evitar para cuidar el corazón

Los caminos para reducir el riesgo de enfermedad coronaria y mortalidad son múltiples. Evitar el alcohol, dejar de fumar y realizar diariamente actividad física son iniciativas que podemos tomar para evitar que nuestro corazón enferme. Mejorar la alimentación es fundamental también.

La dieta mediterránea es un plan de alimentación saludable que los expertos recomiendan para prevenir las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. La misma incluye un consumo elevado de frutas, verduras, frutos secos, legumbres, pescado y aceite de oliva virgen. Por el contrario, limita mucho la ingesta de carnes rojas y procesadas, bebidas azucaradas, repostería comercial y grasas que no sean aceite de oliva.

El sobrepeso y la obesidad suponen un riesgo inmenso para el corazón, por lo que consumir la menor cantidad de grasas saturadas y grasas trans es muy recomendable para cuidar al órgano encargado de bombear cinco litros de sangre por minuto. Por esta razón, una dieta apta para reducir riesgos de enfermedad coronaria, requiere una disminución del consumo de carne, especialmente las rojas y las procesadas, y los lácteos enteros (incluido el queso).

La probabilidad de muerte por problemas con el corazón y los vasos sanguíneos, aumenta con una presión arterial elevada. Por eso, la dieta debiera incluir un menor consumo de sal y una mayor ingesta de alimentos que contengan potasio, como la papa, banana y almendras, entre otros.

Las personas que más consumen este nutriente tienen menor riesgo de mortalidad por cualquier causa, incluida por enfermedad cardiovascular, incidencia de enfermedad coronaria e infarto. La fibra puede ayudar a desarrollar corazones más sanos y la podemos encontrar en alimentos de origen vegetal. Las legumbres son las que más fibra contienen, seguidas de cereales integrales, frutos secos, frutas y verduras.

Un estudio publicado por la revista científica “The Lancet”, señaló que las muertes por enfermedades del corazón se redujeron entre un 15 y un 30% entre la población que consumió mayor cantidad de fibra en comparación con la que menos. Además, el consumo diario recomendado de este nutriente es de más de 30 gramos.

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