jueves, marzo 28, 2024

Salta: un subcomisario intentó desactivar una fiesta clandestina y lo mataron de un palazo en la cabeza

El oficial Manuel Alberto Pistán perdió la vida luego de ser agredido con un palo por la espalda cuando intervino en una fiesta clandestina.

El subcomisario Manuel Alberto Pistán fue atacado por dos sujetos cuando intento dispersar una pelea en la localidad de El Galpón, Salta.

El violento episodio se desató en el marco de una de fiesta clandestina que se desarrollaba en la casa de los hermanos detenidos, identificados como Nahir Puntano, de 21 años, y Cristian Puntano, de 25.

El sábado cerca de las dos de la mañana, y por motivos que aún tratan de establecer, se produjo una pelea en la vía pública entre un grupo de personas que asistieron al evento. Ante el revuelo, los vecinos llamaron a la policía. Minutos después arribó al lugar el Subcomisario de 43 años, junto a otro oficial, y cuando descendieron del móvil policial y se acercaron a pie fueron atacados a palazos.

El Subcomisario fue trasladado primero al hospital local, donde ingresó con traumatismo encéfalo craneano grave (TEC) desde ahí lo derivaron en código rojo al hospital San Bernardo de Salta capital. En el trayecto la ambulancia de alta complejidad tuvo que desviarse y parar en el instituto médico de General Güemes a raíz de que Pistan sufrió una descompesación que sufrió Pistan en el trayecto. En tanto, el Subayudante César Rodríguez también recibió asistencia médica pero sus heridas fueron de menor gravedad gracias a que tenía el casco puesto al momento del hecho.

Finalmente, el sábado cerca del mediodía los médicos le diagnosticaron «muerte cerebral», y cerca de las 16 se confirmó el fallecimiento del Subcomisario.

Las detenciones

Ante el hecho, la Fiscalía Penal 1 de Metán, a cargo de Julio César Brandán, ordenó la detención de los atacantes.

Horas más tarde los hermanos puntano «fueron detenidos a unos 7 kilómetros, en finca Misión, estaban mojados porque al parecer cruzaron un río para seguir con su fuga».

«Hablamos con la madre de los hermanos y nos dijo que ellos sabían que se habían mandado una macana grande, que tenían miedo de lo que habían hecho y se querían quitar la vida. La madre tenía miedo de que el personal policial golpeara a sus hijos, porque entendía que estaban molestos, pero se actuó profesionalmente, más allá del dolor que se pudiera tener», comentó Adriana Herrera, Subjefa de la Policía de Salta.

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