“El PRO gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde hace 16 años y tampoco tiene Ficha Limpia”, lanzó Javier Milei en una entrevista con el streamer “Gordo Dan”, y apuntó contra Silvia Lospennato, impulsora del proyecto, acusándola de usarlo “para inflarse en campaña”.
Con estas palabras, el presidente expuso la doble vara de un partido que nunca aplicó esta norma en su distrito, pero ahora busca imponerla desde el Congreso.
En contraposición, Misiones no solo ya cuenta con una legislación que impide ser candidato a quienes tengan condena firme, sino que además rechazó la ley nacional porque traslada no solo un conflicto político ajeno, sino que también busca atar a las provincias a las internas partidarias porteñas, desconociendo los contextos locales y la autonomía federal.
Este rechazo, sostenido en el Senado por Carlos Arce y Sonia Rojas Decut del Frente Renovador Neo, confirma una vez más el compromiso del modelo misionerista con una política independiente y profundamente democrática.
Mientras desde Buenos Aires se intenta imponer una moral selectiva al ritmo de encuestas y operaciones mediáticas, la Tierra Colorada reafirma que el poder reside en el voto ciudadano.
A diferencia del PRO, que nunca implementó Ficha Limpia en CABA, nuestra provincia actúa con coherencia institucional: protege el derecho al sufragio, rechaza proscripciones sin condena firme y mantiene firme su rumbo político sin someterse a ninguna agenda impuesta desde los centros de poder.
Incluso Milei se alineó con esta mirada, calificando Ficha Limpia como “un cuento chino del PRO” y señalando que “es un tema que no le interesa a la gente”. En Misiones, un relevamiento reciente confirmó esa percepción: el 90% de los ciudadanos no considera esta iniciativa una prioridad.
Esto demuestra que se trata más de una estrategia electoral de la política porteña que de una demanda real de la sociedad. Mientras en Buenos Aires se debaten candidaturas al ritmo de la grieta, la Tierra Colorada elige enfocarse en políticas concretas que mejoren la vida de su gente.
La conducción de Carlos Rovira vuelve a dejar en claro que el Misionerismo no responde a los dictados de partidos nacionales ni se arrodilla ante presiones mediáticas. Con el rechazo a Ficha Limpia, no solo defendió su autonomía institucional, sino que reafirmó un modelo de poder que responde exclusivamente a los intereses de los misioneros.
En tiempos de discursos vacíos y fórmulas impuestas desde el centro, Misiones eligió sostener un federalismo real, donde las decisiones no se subordinan a ninguna lógica externa.
Que decidan los misioneros, no la Justicia
La habilitación de la candidatura de Ramón Amarilla, a pesar de su situación judicial, refleja un compromiso claro con la legalidad y el respeto al debido proceso. El fallo judicial contenido en la Resolución N°667 del 7 de mayo de 2025 analiza a fondo la impugnación contra su postulación, señalando que, si bien su detención preventiva podría ser causal de exclusión del padrón según el artículo 3 de la Ley XI–N°6 y el artículo 43 de la Ley XI–N°7, esa restricción debe aplicarse con criterio estricto. El tribunal reconoce que existen fundamentos legales para inhabilitarlo, pero destaca que los derechos constitucionales, en particular el de ser elegido, no pueden ignorarse cuando no hay una exclusión formal del padrón.
En este contexto, el oficialismo provincial, aunque tenía herramientas legales y constitucionales para pedir la baja de su candidatura, decidió no hacerlo. Esa decisión se enmarca en la doctrina Misionerista que sostiene que el poder de elegir reside en el pueblo, no en los tribunales.
Así, se prioriza que sea la ciudadanía la que decida en las urnas, y no un fallo judicial el que defina quién puede competir. Esta postura, está respaldada por el propio fallo que pone en primer plano la voluntad popular como expresión máxima de la democracia, incluso en casos complejos como este.
Misiones marca el rumbo con su propia agenda de futuro
Mientras en Buenos Aires la política se enreda en peleas partidarias y discusiones vacías, Misiones sigue marcando el rumbo con decisiones concretas.
El jueves 8 de mayo, la Legislatura provincial aprobó por unanimidad la primera Ley Integral de Inteligencia Artificial de la Argentina, una iniciativa impulsada por Carlos Rovira que busca transformar la vida de los misioneros desde la innovación y el desarrollo.
Esta norma no solo regula el uso ético y responsable de la IA, sino que también la orienta hacia sectores clave como salud, educación, producción y gestión pública. Una vez más, la provincia demuestra que no necesita esperar directrices nacionales para actuar con visión y responsabilidad.
Este nuevo hito legislativo no es casualidad: es parte de una política sostenida durante más de una década. Desde la creación de la Escuela de Robótica y el impulso al Silicon Misiones, hasta la inclusión de tecnología en todos los niveles educativos, la provincia viene construyendo un ecosistema innovador con mirada de largo plazo. La ley sancionada ahora es el marco que faltaba para consolidar ese camino y proyectarlo hacia el futuro con reglas claras, estándares éticos y objetivos concretos.
A diferencia de muchas otras provincias que recién empiezan a hablar del tema, en la Tierra sin Mal la inteligencia artificial ya es una herramienta concreta de gestión. Se utiliza para anticipar brotes epidemiológicos mediante análisis de datos, mejorar el rendimiento escolar con plataformas digitales, optimizar el agro con sistemas automatizados y agilizar la atención al ciudadano en la administración pública. No se trata de una promesa ni de un discurso: es política pública transformada en resultados.
Entre los puntos centrales de la norma se destacan la creación de un Observatorio Provincial de Inteligencia Artificial, el fomento a la capacitación en tecnología avanzada y la promoción de estándares éticos y de transparencia. También prevé incentivos para startups y emprendimientos vinculados a la IA, fortaleciendo un ecosistema de innovación que ya funciona y cuenta con el respaldo activo del Estado. Todo esto responde a una idea clara: que el conocimiento, bien gestionado, puede ser el motor del desarrollo económico y social.
Misiones vuelve a liderar, esta vez en materia tecnológica, con la misma coherencia con la que rechazó agendas impuestas desde el centro en el plano político. No espera modas ni se subordina a discusiones ajenas: construye su propio modelo, combina autonomía con innovación y demuestra que otra forma de hacer política es posible. Con esta ley, la provincia reafirma que el futuro no se improvisa: se planifica, se legisla y, sobre todo, se ejecuta.
Por Fernando Retamozo. Politólogo y Periodista.