Punto de partida

Punto de partidaFaltan cinco meses para las elecciones legislativas 2017 y ese tiempo suena -paradójicamente- tan breve como extenso. Es que para el armado de la campaña sobran días, ya que la preocupación ciudadana pasa por otro lado. La sensación amarga por una economía nacional estancada, una reactivación que no se avizora y por ende la caída de las ventas, centran el interés en las estrategias de supervivencia diaria.

Y a la vez, para quienes tienen que llevar adelante una gestión como tarea primaria, el lapso para la resolución de las demandas se abrevia, como los recursos que -aunque bien administrados- siempre deben ser bien direccionados para ser suficientes.

Sin embrago el rumbo de este proceso encuentra bien posicionado al oficialismo provincial. Después de tantas batallas, ante mejores o peores escenarios, la Renovación tiene el timing necesario, y la unidad interna y la formación de los cuadros políticos y técnicos le otorga un plus -a priori- consagrador.

La lectura de Carlos Rovira acerca de las elecciones internas, como instancia que corroe las estructuras partidarias, pasó de ser blanco de críticas a modelo general. Un dato: ningún partido político este año apelará a esa convocatoria. Nadie reconoce públicamente ese análisis y todos apelan a artilugios discursivos, pero básicamente, entendieron cuál es la esencia. La fricción y los personalismos no suman.

 

“El que necesita tiene paciencia, pero también urgencias”

Esa línea unívoca de trabajo, la que determina que la mejor campaña es la buena gestión, se derrama en todas las líneas de administración misionera. El Ejecutivo provincial hace excelsa gala de eso. El reciente discurso del gobernador Hugo Passalacqua en la apertura de Sesiones Ordinarias de la Cámara de Representantes fue un resumen y adelanto de acciones de Gobierno.

El tiempo de “hacer” no se detiene en campaña, por el contrario, se potencia. Las demandas cuando “está brava la mano” -como suele decir el mandatario- se acrecientan y no hay excusa que valga: el que necesita tiene paciencia, pero también urgencias.

Por eso, como viene sucediendo desde hace más de una década, la Renovación imprime vuelo a sus iniciativas. Se siguen inaugurando Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS) y dotando de recursos a los hospitales provinciales, pero también se cuenta con un sistema de Historia Clínica Digital único en el país. Se abren y refaccionan edificios escolares a la vez que se inaugura la primera Escuela de Robótica de Argentina. Ejemplos de este tipo hay varios.

En similar orden, y mientras la economía nacional espera su despertar, en Misiones se licitaron las obras del puerto de Posadas. En este primer concurso se convocó a ofertas para la construcción de las oficinas administrativas del puerto en las que se instalarán las oficinas de la Administración Federal de Ingresos Publicos (AFIP), Aduana, Administración Nacional de Puertos (ANP), Dirección General de Rentas (DGR) y las del propio operador.

No es una obra más, es una respuesta concreta al reclamo de los sectores productivos que urgen vías de comunicación -hacia la Argentina central y al mundo- más competitivas. Misiones tiene mucho para ofrecer, productos primarios y remanufacturas de madera en primera medida, pero la distancia encarece significativamente nuestros costos finales y nos dejan fuera de los mercados.

Ante esa limitación, el Estado dice presente, como se pudo ver concretamente en otra problemática con repercusión nacional: la importación de viviendas chinas. La acción mancomunada entre la Provincia de Misiones y las Cámaras empresarias parece que llegarán a muy buen término.

La presentación de un proyecto de Ley en el Congreso Nacional, que impulsa el uso de la madera de bosque implantado (de la que Misiones tiene un alto porcentaje) en la obra pública nacional, y la construcción de viviendas de madera para paliar el déficit habitacional, pueden representar una oportunidad histórica para el andamiaje productivo provincial.

Se están puliendo los detalles, pero gracias al trabajo de nuestros legisladores nacionales, la conducción política misionera y el permanente rodaje de actores locales en las dependencias del poder central, habría importantes anuncios en los próximos días.

 

No a la misoginia: comunicar es, ante todo, una responsabilidad

Si bien es su vieja y reiterada costumbre, el periodista Alfredo Abrazian volvió a ocupar el centro de la escena social gracias a su prédica agresiva y muchas veces misógina. Como ya lo hizo en su momento, contra la diputada nacional Julia Perié o su par provincial Noelia Leyría, el anciano locutor tuvo palabras absolutamente desmedidas contra la legisladora Silvia Rojas.

Más allá de sus dichos en particular, su accionar vuelve a poner en debate el rol social del ejercicio profesional de quienes detentan un medio de comunicación. Este personaje -que tanto tiempo tuvo como socio de micrófono a Luis Carballo, hoy prófugo de la justicia tras ser citado por su participación en grupos de tarea durante la última dictadura cívico militar- vuelve a mostrar que no tiene límites a la hora de maltratar gente.

A sus cotidianos comentarios de mal gusto y amenazas, suma una permanente agresión hacia todos aquellos que no están de su lado, sean políticos, periodistas o empresarios, y es esta forma de utilizar los medios de comunicación la que tiene que llevar a la justicia a poner manos al asunto.

Hay organismos específicos, como el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) o la delegación provincial del Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) que deberían actuar de oficio y emitir una consideración puntual frente a este nuevo hecho.

El Poder Político, a través de la Cámara de Representantes, hizo lo propio. El Cuerpo repudió en forma unánime la intervención de Abrazian. La sociedad también debería plantearse si no es tiempo de reclamarle al periodista en cuestión un cambio de actitud y una conducta ciudadana más saludable. No todo vale a la hora de hacer “Show”.