El Gobierno lanzó un programa de compra de reservas con el objetivo de consolidar la baja del riesgo país, que logró perforar el umbral de los 600 puntos básicos. La medida llega luego de que analistas y consultores advirtieran que, sin una estrategia clara de acumulación de divisas, el efecto del respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos se diluiría hacia fin de año.
Tras el acuerdo con el Tesoro estadounidense, sellado antes de las elecciones legislativas, el mercado interpretó que el equipo económico había ganado tiempo, pero esperaba nuevas definiciones en materia cambiaria y de reservas. En ese contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, terminó alineándose con las señales del mercado, que desde noviembre reclamaba un paso adicional para sostener la confianza y reducir el riesgo país.
El consultor Pablo Moldovan, de la consultora C-P, había advertido semanas atrás que, sin un programa de compra de divisas anunciado en diciembre, la desconfianza volvería a presionar sobre los activos argentinos. En línea con ese diagnóstico, el mercado y el FMI venían insistiendo en la necesidad de reforzar las reservas internacionales, aun cuando el Gobierno destacaba algunos resultados económicos positivos.
Para varios analistas, una señal de alerta fue la licitación del Bonar 2029 realizada la semana pasada. Aunque el Tesoro logró colocar u$s1.000 millones nominales con un rendimiento del 9,26%, la demanda total apenas superó los u$s1.400 millones, lo que fue interpretado como una muestra del limitado apetito por los bonos argentinos.
En términos históricos, tras el acuerdo con el FMI en 2024 el riesgo país había descendido hasta los 600 puntos básicos, pero la falta de compras de reservas frenó su caída y luego derivó en un nuevo repunte, hasta que el auxilio financiero del Tesoro de Estados Unidos volvió a darle margen al Gobierno.
Distintos analistas coincidían en que la acumulación de dólares era un factor crítico y que el plazo para dar señales claras se extendía desde diciembre hasta mediados de 2026. Con el nuevo anuncio, el Gobierno busca romper ese patrón y abandonar la estrategia de intentar reducir el riesgo país sin respaldo de reservas, especialmente de cara a los vencimientos de deuda de 2026.
En las últimas semanas, Caputo había anticipado que el Banco Central avanzaría con compras de reservas, aunque aclarando que debía hacerse de manera ordenada y en un contexto de mayor demanda de pesos. El giro marcó un cambio de postura respecto del año anterior, cuando el Gobierno sostenía que se encontraba “cómodo” con el nivel de dólares disponibles.
Como primera reacción al anuncio del BCRA, el índice de riesgo país que elabora J.P. Morgan descendió por debajo de los 600 puntos básicos y se ubicó en torno a las 580 unidades.



