sábado, mayo 18, 2024

El reloj biológico de los papás corre más rápido de lo que se creía

Un estudio revela que cuanto mayor es la edad del padre mayor es el riesgo de que el bebé tenga problemas al nacer.

El reloj biológico también corre para los papás. Y las investigaciones más recientes sugieren que lo hace más deprisa de lo que se creía.

Si hasta ahora se consideraba que era a partir de los 55 añoscuando la edad del padre podía tener alguna incidencia en la salud del bebé por la mayor acumulación de alteraciones cromosómicas en el esperma, un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford que ha revisado más de 40 millones de nacimientos sugiere que los riesgos comienzan a los 35 años y son significativos a partir de los 45.

En concreto, los científicos de Stanford aseguran quecuanto mayor es la edad del padre mayor es el riesgo de que el bebé tenga problemas al nacer: desde bajo peso hasta convulsiones, pasando por necesidad de respiración asistida o de ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).

Los datos del estudio –publicado en el British Medical Journal–, sugieren que, una vez controladas variables como la edad materna, la raza, la educación, el nivel educativo, el estado civil o el historial de tabaquismo, una vez que el papá pasa de los 35 años hay un ligero aumento en los riesgos al nacer porque con cada año que un hombre envejece acumula en promedio dos nuevas mutaciones en el ADN de su esperma.

Así, los bebés nacidos de hombres de 45 años o más tenían un 14% más de probabilidades de nacer prematuramente, de presentar un bajo peso y de ser ingresados en la UCIN que los que tenían padres entre 25 y 34 años (la edad promedio de paternidad en Estados Unidos). Y el riesgo de convulsiones aumenta, según los datos del informe, un 18%. Y a partir de los 50 años, la probabilidad de requerir ventilación al nacer era un 10% superior, y la de necesitar asistencia en la UCI aumentaba un 28%.

Rafael Oliva, especialista de epigenética y epigenómica del espermatozoide y jefe del grupo de investigación en biología molecular de la reproducción del Idibaps, catedrático de la UB y consultor del Centro de Diagnóstico Biomédico del Clínic, no se muestra sorprendido por estas conclusiones. “Es un trabajo interesante y va en línea con lo que están mostrando otras investigaciones: que el papel del padre en la gestación y en la salud del hijo es más importante de lo que creíamos y que el reloj biológico masculino también”, señala.

También Julio Herrero, jefe de reproducción asistida de Vall d’Hebron, cree que este estudio es relevante porque llama la atención sobre un factor –la edad del progenitor varón– que no se suele tener en cuenta porque se pensaba que influía poco y a partir de los 55 años. No obstante, considera que los resultados concretos de la investigación deben tomarse con cautela porque es un estudio retrospectivo, hecho a partir de los formularios que en su día rellenaron los médicos o los padres sobre esos 40 millones de nacimientos, que agrupa a las madres en franjas de edad demasiado amplias para valorar si en los riesgos al nacer que se atribuyen a la edad del padre no influirán también los derivados de la edad de la pareja o de si es o no el primer hijo para esa mujer. “Lo importante es que pone de manifiesto la necesidad de estudiar la incidencia de la edad paterna y del reloj biológico masculinocon más profundidad, pero se ha de hacer de forma prospectiva y tomando como grupo de control parejas de padres mayores con madres jóvenes”, opina Herrero.

Álvaro Vives, andrólogo responsable de la Unidad del Varón de Dexeus, coincide en que es difícil que un estudio sobre un número tan elevado de casos no tenga cierto sesgo, si bien admite que a medida que los hombres cumplen años tienen más alteraciones a nivel cromosómico y pueden causar problemas en el feto. “De hecho, en la sanidad pública catalana se limita el acceso a la fecundación in vitro si la mujer pasa de 38 años o el hombre de 55”, ejemplifica. Vives considera que el hecho de que muchos centros de fertilidad estén dirigidos por ginecólogos hace que se ponga más el foco en las condiciones de la mujer, “pero el 50% de la fertilidad es responsabilidad del hombre, y hay muchos factores y hábitos –consumo de tóxicos, ingesta de café, té, sobrepeso, tabaco…– que influyen” en la calidad de los espermatozoides y por tanto en la fertilidad, en alteraciones que afectan al desarrollo del embarazo y pueden provocar bebés prematuros o con problemas respiratorios, que es lo que apunta el estudio de Stanford.

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